Armando Andrade Tudela. Autoeclipse

Autoeclipse, de Armando Andrade Tudela, explora formas de montaje aún inéditas, gracias al comisariado del artista Daniel Steegmann Mangrané. La experimentación con los formatos de exposición de la escultura contemporánea es una línea que continuará a lo largo del año y que es habitual en la programación del Centro. Las obras presentadas funcionan a partir de las tensiones que crean con sus predecesoras, con la biografía del propio Armando y con la evolución política y social de los lugares en los que el artista ha residido, reflexionando así sobre el quehacer artístico tanto en su faceta pública y social como en aquella más íntima y privada. Autoeclipse es, además, una reflexión sobre la naturaleza pública del trabajo, su formalización en el mundo y su capacidad de crear una comunidad, así como de enarbolar contenidos políticos y hacer comentarios sociales. Ahondará también en un lado mucho más somático y privado, aquel en el cual la forma atraviesa y se cristaliza dentro del cuerpo, generando y gestionando ideas y ansiedades.

Armando Andrade Tudela (Lima, 1975) abría esta década con su primera exposición institucional en este país, en el MACBA de Barcelona. En aquella ocasión el artista decla-raba que solo recientemente había empezado a entender que ya tenía un cuerpo de trabajo lo suficientemente amplio y complejo como para, más allá de la mera realización de piezas concretas, poder empezar a tejer significados entrelas diversas obras y tiempos que forman ese cuerpo. Producir un cuerpo de trabajo, explorando o atacando suscoherencias, es un ejercicio muy diferente a aquel de realizar obras individuales: en un cuerpo de trabajo cada nueva obra anuncia un nuevo futuro e ilumina bajo una nueva luz aquellas anteriores en un proceso de actuali-zación constante. No en vano aquella exposición se tituló Ayer, Mañana. Diez años después El CA2M Centro de Arte Dos de Mayo presenta Armando Andrade Tudela. Autoeclipse, una muestra organizada como una suerte de retrospectiva hecha únicamente de trabajos recientes, pero que nos permiten echar una mirada crítica al trabajo realizado hasta ahora por el artista. Las obras presentadas funcionan a partir de las tensiones que crean con sus predecesoras, con la biografía del propio Armando y con la evolución polí-tica y social de los lugares en los que el artista ha resi-dido, reflexionando así sobre el quehacer artístico tanto en su faceta pública y social como en aquella más íntima y privada.Formado en la Facultad de Artes de la PUCP de Lima Armando Andrade Tudela se mudó a Europa en 2001 paracompletar su educación en el Royal College de Londres y en la Jan van Eyck akademie de Maastricht. Las primeras obras que Andrade Tudela realizó después de mudarse decontinente, como la proyección de diapositivas Camión o las fotografías Billboards, se caracterizaban por una marcada reflexión sobre las representaciones occidentales de la cultura peruana y viceversa. Realizadas en Perú durante las pausas universitarias en las que Armando regresaba a su país natal, ambos trabajos examinan la estética vernacularperuana desde el punto de vista analítico y formal del proyecto modernista occidental, donde los motivos deco-rativos abstractos de los camiones de carga o los cartelesde publicidad recombinados aparecían como una suerte de“abstracciones sin techo”. Camión ejercía un triple proceso de ruptura y afiliación, altiempo que flirteaba con diferentes procesos de exotización mutua: si, por un lado, el trabajo hacía visible una herenciamodernista nunca completamente instaurada en Latinoa-mérica—donde se ha pasado de una protomodernidad a una post-posmodernidad de un plumazo y sin una real industrialización—, por el otro, las fotografías dejaban ver fragmentos del paisaje del desierto peruano, hogar de culturas milenarias autoras de excepcionales cerámicas y textiles, decorados también con intrincados ornamentos abstractos. A esta fascinación mutua y doble, le hemos de sumar el uso del carrusel de diapositivas, dispositivo tradicional de las vanguardias de los 60 y 70 con el cual el artista afirmaba su linaje a cierto tipo de prácticas artísticas conceptuales.Las obras del siguiente lustro, en la transición de los últimos2000 a los primeros 2010, buscaron alejarse de una cate-gorización de su trabajo como «arte latinoamericano» —donde lo latinoamericano aparecía frecuentemente redu-cido a un cliché de precariedad poética— para centrarse en un análisis sintético de los propios procesos por los cuales los trabajos existen en el mundo y son entendidos como obras de arte. En esa época el artista realiza sus trabajos más crípticos, como los Fotogramas Solarizados o los paneles Sin Título(Fotograma y panel de vidrio), donde el propio proceso de realización y los materiales escogidos ocultan las imágenes presentadas. Pero bajo esta aparente opacidad los trabajos seguían cuestionándose sobre los procesos de traducción y transferencia, así como ponían énfasis sobre la aparente contradicción según la cual los procesos acumulativos conllevan forzosamente una desma-terialización de los objetos y de los sistemas envueltos.No es de extrañar pues que en esta época el artista reali-zase sus primeras películas documentando lugares; comoMarchauasi, film sobre el bosque de piedra de mismo nombre ubicado en la sierra central del Perú, donde comu-nidades hippies acuden desde hace décadas a consumir psicotrópicos y avistar extraterrestres; o Synanon, sobre el centro de reinserción social para drogodependientes en Berlín, cuya sede central original en Los Ángeles cerró después de convertirse en una violenta secta. Ambos espacios representan para el artista lugares de transición entre lo social y lo desasociado, entre experiencias colectivas e impulsos de desarraigo, y le sirven para analizar la historia reciente de dislocaciones, revoluciones e institu-ciones en una reflexión sobre la radicalidad, la formación y la vanguardia, todos ellos temas fundamentales en su trabajo reciente.Ejemplar en este sentido es la película UNSCH/Pikimachaydonde documenta los corredores y patios modernistas de la Universidad Nacional de San Cristóbal de Huamanga (UNSCH), lugar donde nació el grupo terrorista Sendero Luminoso. En el film, vistas del edificio universitario se intercalan con tomas de las cuevas de Pikimachay, yacimiento arqueológico donde se encuentran los primeros rastros de vida comunal en el Perú y que fue utilizado durante los años de conflicto armado como escondite de terroristas y militares por igual. Lo personal se liga a lo público así como el presente al pasado en un vaivén entre procesos de afiliación y ruptura que configuran los continuos y los rotos de todo tejido social. Al mostrar estos documentales al lado de herméticas piezas abstractas donde el significado aparece literalmenteoscurecido tras las capas de opacidad que constituyen el propio trabajo, ambos cuerpos se contaminaban y enriquecían mutuamente, revelando nuevas capas de significados, legados formales y referencias políticas. Este análisis sobre cómo el proceso de individuación que forma al dispositivo —la obra de arte, el signo, la exposición— reactualiza su régimen de funcionamiento —el sistema de relaciones semánticas, personales, políticas y culturales en el que se inscribe, del que hace parte y que a su vez le constituye— parece haberse vuelto el principal foco de atención en las obras recientes de Armando Andrade Tudela. Una obra central de esta exposición y punto de partida demuchas de sus obras recientes es Heterología Limeña. Elnúcleo de la pieza es un archivo de imágenes que recorrenla historia de la Facultad de Artes de la Universidad Católica, lugar de formación del artista, y donde, después de una década extremamente experimental, la enseñanza en los primeros años del gobierno Fujimori había tomado un cariz conservador. Abandonadas durante cerca de seis meses en el estudio, las imágenes se encuentran cubiertas de escayola, pintura y otros materiales, volviendo parcial o prácticamente imposible la lectura de las mismas. Andrade Tudela les suma así una capa afectiva en lo que podría entenderse como una exégesis de su propia formación, no exenta de una incierta violencia. Autoeclipse puede así entenderse como una suerte de índice somático. Las obras que componen esta exhibición son el resultado formal de una clara gimnasia figurativa donde diversos objetos y materiales, con sus significados yestatus precisos, han sido recombinados: la usada barra de gimnasia alude a la elasticidad y equilíbrio de los gimnastas, del mismo modo que la base de mesa Saarinen en la que se apoya invoca el estatus de un design europeo fetichizado, pero reducido aquí a resto, a ruina. Tal vez sea importante notar aquí que la implantación siempre incompleta de las instituciones occidentales en Sudamérica ha resultado en un híbrido cultural que perpetúa el proceso de miscegenación sin nunca resolverlo: colo-niza las mentes pero nunca las costumbres, imita las formas y obvia el contenido. En Latinoamérica la epistemología es una y la ontología otra. Los diferentes objetos usados en la creación de las obras aparecen pues forzosamente frag-mentados, separados de su función original, reducidos a un uso de mera conveniencia: lejos de ser solamente formal,su fragmentación es también una de orden social e íntimo,económico y emocional. Así, por ejemplo, el cuerpo de los trabajadores al que aludeel tejido de uniforme de trabajo naranja fluorescente seencuentra al tiempo comprimido en una columna minimalistaen Trabajador versus Sistema o tensado sobre varios bastidoresde pintura en 4 jours de travail et 3 jours de repos,resaltando las cualidades físicas y formales de este materialindustrial, pero sin dejar de aludir en ningún caso a la opresióny la explotación de los cuerpos, ni a su disponibilidad enserie, descartable. Las conjugaciones cuasi lúdicas que los trabajos articulan entre los diversos objetos y materiales se revelan mucho más densas, complejas y cargadas… ¿conjugaciones o conjuraciones?Ese movimiento de vaivén —entre lo tradicional y lo moderno,entre lo privado y lo público, entre un arte de carácter formaly otro social, entre el interior de una comunidad y el exteriorde los individuos que la conforman…— permea todos los trabajos y su formulación. Si, por una parte, la exposición reflex-iona sobre la naturaleza pública del trabajo, su formalización en el mundo y su capacidad de crear una comunidad, de enar-bolar contenidos políticos y hacer comentarios sociales, por otra, explora un lado mucho más somáticoy privado: aquel en el cual la forma atraviesa y se cristaliza dentro del cuerpo, generando y gestionando ideas y ansiedades.

Texto de Daniel Steegmann Mangrané, comisario de la exposición