Claudia Andujar, La Lutte Yanomami

Claudia Andújar, La lucha de los Yanomami

 

Fruto de varios años de investigación en los archivos de la fotógrafa, esta exposición, concebida por Thyago Nogueira para el Instituto Moreira Salles de Brasil, reúne más de trescientas fotografías en blanco y negro o en color (muchas de ellas inéditas), una instalación audiovisual, así como dibujos de artistas yanomami y documentos históricos de la fotógrafa brasileña. La exposición hace énfasis en los dos aspectos inseparables de su trabajo, el artístico y el político, y revela a la vez el gran aporte de Claudia Andújar al arte fotográfico y su papel esencial en la defensa de los derechos de los indios yanomami y de la selva que los alberga.

Claudia Andujar nació en 1931 en Neuchâtel, Suiza, y vive en São Paulo. Tras una infancia en Transilvania, se trasladó a Suiza con su madre durante la Segunda Guerra Mundial para escapar de la persecución nazi en Europa del Este. Su padre, un judío húngaro, fue deportado a Dachau donde fue exterminado junto con la mayoría de los miembros de su familia. Después de la guerra, Claudia Andujar emigró a los Estados Unidos y se estableció permanentemente en 1955 en Brasil, donde comenzó una carrera como artista y fotoperiodista.

Una interpretación de la cultura yanomami

El primer encuentro con los indios yanomami tuvo lugar en 1971, cuando participó en un reportaje sobre el Amazonas para la revista Realidade. Al sentirse fascinada, decidió realizar un trabajo fotográfico exhaustivo sobre el mundo de los yanomami gracias a una beca de la Fundación Guggenheim.

Su enfoque difiere notablemente del estilo documental de sus contemporáneos. Las fotografías tomadas durante este período muestran las diversas técnicas que experimentó para traducir lo que percibe de la experiencia chamánica de los indios yanomami. Al aplicar vaselina al lente de su cámara, usando una pelicula de infrarrojos o jugando con la luz, Andújar creaba distorsiones visuales que impregnaron sus imágenes de una cierta surrealidad.

Claudia Andujar también ha realizado numerosos retratos en blanco y negro a través de los cuales capta la nobleza y la dignidad del pueblo yanomami. Prefiere los primeros planos de rostros o fragmentos de cuerpos, y crea efectos claroscuros para crear una sensación de intimidad y resaltar empáticamente la interioridad de sus sujetos. Al mismo tiempo, y para comprender mejor su cultura, invita a los yanomami a que representen ellos mismos su universo metafísico proporcionándoles papel, bolígrafos y rotuladores. Una selección de estos dibujos que muestran escenas mitológicas o rituales y visiones chamánicas se presenta en la exposición.

Activismo

El final de los 70 marcó un punto de inflexión en la carrera de Claudia Andujar. La construcción por el gobierno militar brasileño de la Carretera Transamazónica en el sur del territorio yanomami permitió que la región se sometiera a proyectos de deforestación y colonización agrícola, y causó la destrucción de comunidades enteras al fomentar la propagación de epidemias. Esta dramática situación rememora en Claudia Andujar el genocidio del que fue testigo en Europa, y es entonces cuando se compromete plenamente en la lucha por la defensa de los derechos de los yanomami y la protección de su bosque. En 1978, junto con el misionero Carlo Zacquini y el antropólogo Bruce Albert, fundó la Comisión Pro-Yanomami (CCPY) y se embarcó en una campaña que duró casi quince años para la demarcación de su territorio, condición esencial para la supervivencia física y cultural de este pueblo. Su militancia se antepuso a su trabajo artístico y la fotografía se convirtió en una preocupación secundaria para ella, cuya vocación es ahora apoyar la causa del pueblo yanomami.

En esa época, Claudia Andujar realizó una serie de fotografías en blanco y negro de los yanomami durante una campaña de vacunación, en la que llevaban un número alrededor del cuello que los identificaba en las tarjetas médicas. Más tarde usaría estas fotografías en una de sus series más famosas, la serie Marcados. La ambigüedad de estas imágenes radica en el malestar creado por la identificación digital de los individuos, que no es muy diferente del tatuaje de los judíos durante la Shoah, aunque el proceso esté aquí, dirigido a la supervivencia de un pueblo. Algunas fotografías inéditas de esta serie serán reveladas por primera vez en la exposición.

En respuesta a los decretos firmados en febrero de 1989 por el gobierno brasileño para desmembrar el territorio yanomami en un archipiélago de diecinueve microrreservas, Claudia Andujar creó Genocidio de los yanomami: la muerte de Brasil (1989/2018), un manifiesto audiovisual basado en fotografías de sus archivos, que volvió a fotografiar utilizando diversos filtros y tipos de iluminación. Esta obra, presentada en una nueva versión hecha para la ocasión, muestra la agitación de un mundo amerindio devastado por la depredación de la civilización occidental. Una banda sonora compuesta por Marlui Miranda de canciones yanomami y música experimental acompaña la instalación.

En 1992, gracias a la implacable lucha encabezada por Claudia Andujar, Carlo Zacquini, Bruce Albert y el chamán yanomami y portavoz de la comunidad, Davi Kopenawa, el gobierno brasileño aceptó reconocer legalmente el territorio yanomami. La integridad de este territorio, aprobada en vísperas de la Conferencia General de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente celebrada ese mismo año en Río, sigue viéndose amenazada hoy en día por una invasión masiva de buscadores de oro y la deforestación causada por los ganaderos.

Al rememorar la lucha de toda una vida y desvelar la riqueza formal de la obra de Claudia Andujar, la exposición de Claudia Andujar, La Lutte Yanomami muestra por primera vez su trabajo en toda su belleza y complejidad. Ofrece una inmersión en el universo cosmológico y en la vida cotidiana del pueblo yanomami, así como una poderosa acusación política de los abusos que sufren.