Natural Motion

El Moderna Museet de Estocolmo presenta la exposición «Natural Motion» (movimiento natural) del artista Gabriel Orozco entre el 14 de febrero y el 4 de mayo de 2014. Inicialmente la exposición había sido mostrada en el museo austriaco Kunsthaus Bregenz, entre el 7 de julio y el 10 de octubre de 2013.

En este video, Orozco presenta las obras de la exposición :

Ciertas obras incluidas en la exposición son presentadas en la página Web del museo sueco, con un análisis centrado por un lado en la oposición entre modernidad y tradición (o incluso entre cultura europea y cultura mexicana) y por otro lado en el parentesco entre Orozco y Duchamp en torno al ready-made.

  • Black Kites (1997) : un cráneo humano pintado con el patrón de un juego de ajedrez. Sobre esta obra, la página del museo dice : «El cráneo es un tema clásico en la historia del arte, un recuerdo de nuestra mortalidad, y Black Kites es como una síntesis de los grandes temas de la vida. El patrón abstracto y artificial que decora la superficie completa del cráneo contrasta claramente con la vulnerabilidad y temporalidad orgánica que emana el cráneo. Cuando se hace referencia a este cráneo como un «ready-made», Orozco responde con humor que se trata de «un ready-born, un ready-dead».
  • Dark Wave (2006). Reconstrucción de un esqueleto de ballena hecho en carbonato de calcio y resina. «Una ballena atascada en una costa del sudoeste de España inspiró esta escultura. El esqueleto artificial está cubierto por un intrincado patrón  geométrico hecho en grafito basado en las ondas del agua. El artista crea así un diálogo entre el arte y el aura del animal determinada por su entorno natural. Este trabajo destaca la fascinación de Orozco por los atuendos tradicionales, rituales y culturas con lazos fuertes a la naturaleza. También puede ser interpretado como un ready-made, un concepto clave del arte moderno que Orozco revitaliza de manera paradójica al trabajar con tradiciones de un pasado distante.
  • DS Cornaline (2013). Réplica del DS Cornaline de 1993. «Un carro Citroën DS de los años 1960 ha sido seccionado en tres partes iguales. La sección intermedia es removida y las secciones laterales reunidas, creando así una forma más aerodinámica, pero sin un motor que la propulse. Gabriel Orozco siempre se ha sentido fascinado por la velocidad y las carreras. De niño creía que los carros ordinarios podían ser tan rápidos como los autos de carreras si hubiesen sido más delgados, simplemente con una apariencia más aerodinámica. En el DS, el artista ha realizado esta fantasía. Quien se sienta en la plaza estrecha del conductor percibe un sentimiento de velocidad. Orozco acostumbra utilizar objetos conocidos para hacer que podamos experimentarlos de nuevas maneras a través de varios tipos de cambios, dándonos nuevas perspectivas sobre los objetos que nos rodean.»
  • Fotografías. «Orozco suele trabajar por fuera de su estudio para buscar técnicas de creación alternativas que pueda explorar durante sus viajes. La fotografía es una de esas prácticas nómadas, como también lo son sus ready-made. En tanto que fotógrafo, Orozco logra documentar con la cámara su relación particular con los objetos que encuentra: «Cuando atravieso charcos en mi bicicleta estoy sólo. También estoy sólo con mi aliento frente al piano. No tengo audiencia. La fotografía es un testigo de mi intimidad.» Muchas de las fotos de Orozco captan elementos que se desarrollan o se desintegran, como círculos de agua en una azotea, el aliento que se evapora en la superficie de un piano. A través de la fotografía, Orozco le confiere permanencia a los movimientos y vestigios transitorios de la vida natural. La serie de fotografías Until You Find Another Yellow Schwalbe (1995) comprende 4O fotos de motocicletas amarillas estacionadas por pares. Orozco tenía una moto Schwalbe de color amarillo cuando vivía en Berlín. Había muchas motos iguales en la ciudad. El hecho de buscarlas para fotografiarlas le permite conocer la ciudad como sistema. Siempre que encuentra una Schwalbe amarilla se detiene, estaciona su moto al lado y les toma una fotografía.
  • Guijarros. «Los guijarros han sido redondeados naturalmente. Orozco los encuentra apilados en puntos de venta situados a lo largo de las carreteras que recorren la costa de Guerrero en México. En cada una de estas piedras hace dibujos que buscan expresar la singularidad de cada una. Un albañil se encarga posteriormente de tallar los dibujos en las piedras. Cuando llegan de nuevo a manos de Orozco, éste crea una nueva capa de dibujo, mejorando algunos aspectos. Este proceso puede repetirse hasta cinco veces en cada piedra. Las esculturas que resultan poseen formas que se desarrollan en torno a rotaciones, circulaciones, movilidad, ciclicidad y erosión, temas en los cuales Orozco trabaja con insistencia. Pero también recuerdan de la escultura moderna la obra de artistas como Constantin Brancusi y Hans arp, con sus fósiles y objetos rituales.»
  • Terracotas. «Orozco describe su trabajo con arcilla como una experiencia física y sensual, una especie de comunión con la arcilla. Las formas son hechas modelando la arcilla húmeda con los dedos, las manos, los antebrazos y una bola de madera sobre la superficie de una mesa. Orozco utiliza su cuerpo como una herramienta mecánica y define sistemas y reglas para saber cómo deben ser hecho cada objeto. Una vez que le gusta una manera específica de trabajar la arcilla, repite el procedimiento varias veces. Por eso los objetos que resultan van formando reuniéndose en grupos diferentes, aunque los objetos de arcilla tiene la virtud de ser impredecibles. Pueden por ejemplo quebrarse mientras se cocinan. La arcilla no siempre reacciona como se espera. Sus colores no son consistentes. Estos objetos hechos a mano parecen fragmentos de cuerpo o criaturas petrificadas de origen desconocido. Las esculturas de arcilla pueden evocar la relación entre causa y efecto, pero también aluden a la manera en que la economía global afecta nuestra manera de entender los objetos que nos rodean, en los cuáles las relaciones entre la producción y la utilización de los objetos se ha perdido.»
  • Pinturas. «La abstracción es una de las grandes invenciones artísticas del siglo XX», dice Orozco, «o el hecho de poder estar en este espacio blanco y comenzar a crear sin hacer referencia alguna a la realidad. Pero pienso que siempre hay una referencia a la realidad. Porque somos reales y esto es real.» Las pinturas abstractas de Gabriel Orozco son construidas siguiendo reglas específicas. Él define las dimensiones, el color y la base de la composición, y después explora las posibilidades que surgen a partir de variaciones. Con frecuencia utiliza un computador para calcular las posibilidades de combinación antes de emprender la realización de sus lienzos. Sus reglas aceptan la inclusión de nuevos parámetros a lo largo del proceso, como la utilización de un nuevo color o de un nuevo formato para la superficie de la obra. «Al establecer ciertas reglas, la estructura de la obra se comporta como una escultura», dice Orozco, «como un plano que se mueve o un diagrama en rotación.»

Obras en la colección

«En ocasión de la exposición, el Moderna Museet ha adquirido tres obras sobre papel y dos pinturas sobre acetato de Gabriel Orozco. Varios círculos aparecen en un plástico transparente. El color mate de la pintura contrasta con la superficie brillante. Los círculos pintados están llenos de roturas e imperfecciones, como elementos defectuosos en un espacio indiferenciado. Las pinturas se pueden colgar como banderas o ser montadas de manera que los círculos proyecten sombras sobre la pared. Colocadas en cuadros de aluminio en medio de la habitación, parece como si lograran captar la luz. Es como si estas pinturas no hubieran sido hechas para ser vistas, sino para ver a través de ellas, como si fueran dibujos suspendidos sobre la nada, en lugar de pinturas. Los dos «espejos» sirven esencialmente para entender la perspectiva de trabajo del artista que se centra en el proceso. Fueron creados hace dos décadas, cuando Orozco estudiaba la obra de Marcel Duchamp y al mismo tiempo la obra radicalmente distinta de Piet Mondrian. Como Duchamp, Orozco captura el momento entre dos estados de la mente, mucho más interesado en el acto que en el objeto mismo. Y como Mondrian, trabaja las líneas horizontales y verticales, a través de una visión en perpetuo movimiento. Estos dos registros visuales tan diferentes coexisten en la obra de Orozco.»

Enlaces de interés:

  • Página de la exposición en el sitio web de la Moderna Museet (enlace)
  • Página del Kunsthaus Bregenz (enlace)
  • Información sobre Gabriel Orozco en wikipedia (enlace)
  • Artículo online sobre la exposición en la revista chilena Artishock (enlace)
  • Página de Gabriel Orozco en la galería mexicana Kurimanzutto (enlace)