On air. Carta blanca a Tomás Saraceno

La carta blanca a Tomás Saraceno se inscribe dentro de una serie iniciada en 2013 con Philippe Parreno, seguida por Tino Seghal en 2016 y Camille Henrot en 2017. Se trata del proyecto más vasto emprendido por Saraceno, que reúne una selección de sus obras más importantes, así como nuevas producciones que transforman al Palais de Tokyo en una experiencia sensorial inédita.

El teatro cósmico

No hay objetos, sólo energías en interrelación cuya actividad apenas percibimos. La obra de Tomás Saraceno expresa el flujo del mundo, la acción invisible y permanente de los materiales del universo.

Nace de la atención prestada a los incesantes movimientos del cosmos o del microcosmos. Construye medios poéticos para ampliar nuestras capacidades de percepción, para hacer nuestra mente más sensible a elementos diminutos: partículas, polvos cósmicos, existencias furtivas que susurran en el infinito. El arte y la arquitectura barroca habían significado, en la expansión de sus materiales y sus geometrías dentadas, las fuerzas de la naturaleza en acción. Los jardines zen son observatorios de los microeventos del mundo; un musgo, una hoja, un brillo húmedo son la expresión más ínfima de los movimientos de la galaxia.

La telaraña no es sólo la obra de un animal, sino el despliegue de su cuerpo y de su sistema perceptivo. La colaboración de las arañas con Tomás Saraceno encarna su ambición artística y simboliza el papel del arte en la extensión de nuestro campo de conciencia. Marcel Duchamp escribió: «La telaraña como ejemplo de aislamiento «natural» de una carcasa (pseudogeométrica) de infra-leve.» Este infra-leve califica los tenues acontecimientos de la realidad, las brechas imperceptibles entre los fenómenos. Es a esta precisión de la mirada que la obra de Tomás Saraceno nos conduce con poesía, realizando una idea de Goethe: «La belleza es una manifestación de las leyes secretas de la naturaleza que de no haber sido reveladas habrían permanecido eternamente ocultas. »

Texto de Jean de Loisy, presidente del Palais de Tokyo

En palabras de la curadora

ON AIR es una odisea artística, poética y política que nos lleva al océano del aire, al encuentro de todas las presencias que conviven en este espacio infinito. El artista nos sumerge en la vasta ópera interpretada en el cosmos, que abarca desde la tela de araña hasta la coreografía del polvo, desde las vibraciones de las ondas gravitacionales hasta la vitalidad de nuestro aliento.

La exposición es una invitación a sentir otras presencias, otras formas de vida y movimientos presentes en el universo. Se trata de revelar la existencia de voces menos escuchadas, de crear en la exposición una gran «jam session» cósmica en la que el hombre pueda tomar la medida de su entrelazamiento con los fenómenos y seres que lo rodean.

Al igual que la práctica del artista, la exposición ON AIR reúne a una gran variedad de colaboradores y se apoya en un gran número de otras disciplinas y conocimientos, cuyas contribuciones son esenciales para el proceso creativo. Biólogos, astrofísicos, filósofos, músicos, etólogos, sociólogos, son algunas de las figuras que rodean e inspiran la obra de Tomás Saraceno y enriquecen toda la exposición. El artista construye constantemente puentes entre las formas de hacer, sentir, percibir y, sobre todo, permanece fiel a la indisciplina. Este modus operandi es característico de la práctica del artista: buscar en áreas donde el conocimiento aún no ha establecido territorios marcados, siempre empujando la curiosidad y las hipótesis un poco más allá. La obra de Tomás Saraceno se encuentra abierta a la metamorfosis, la mutación y la contingencia.

Más allá de un arte visual, el artista nos ofrece un arte sensorial, una experiencia que nos permite captar el poder, la poesía y la vitalidad de los fenómenos del mundo.

ON AIR celebra nuevas formas de pensar nuestra relación con el planeta, a través de nuevas formas de producción del conocimiento. Es una ocasión para abrirse a los debates y los desafíos globales que plantea el «Antropoceno», un término que se refiere a la época histórica del planeta en que vivimos, y que se refiere al impacto global de las actividades humanas en el ecosistema de la Tierra. Este aspecto en particular es exlorado en de las actividades de Aerocene, un proyecto artístico interdisciplinario iniciado por Tomás Saraceno, que busca reactivar una imaginación común para colaborar éticamente con la atmósfera y el medio ambiente, para que los visitantes se comprometan colectivamente en un ejercicio de armonización global.

La obra de Tomás Saraceno restaura la atención que prestamos a los seres y a los materiales que suelen ser descuidados por nuestra mirada; la araña, las partículas de polvo, las radiofrecuencias, son todos seres que se convierten en actores esenciales en nuestra comprensión del mundo. Estas historias invisibles, que conforman la naturaleza de la que formamos parte, nos invitan a repensar poéticamente cómo habitamos el mundo y a reevaluar nuestra manera de ser Humanos.

Texto de Rebecca Lamarche-Vadel

Traducción realizada por Guillermo Vargas Quisoboni

Imágenes de la exposición