Suiti

La galería Adora calvo acoge el último de los proyectos llevados a cabo por la artista Magdalena Correa.

SUITI se compone de un conjunto de tomas fotográficas que la artista realizó en el año 2017 durante su estancia en Letonia y su convivencia con el pueblo que da nombre al proyecto. Un modo de cultura católica, patrimonio inmaterial de la Humanidad, que vive aislada dentro de un territorio de mayoría luterana.

Continuando con la línea de sus trabajos anteriores, la artista se integra en el núcleo comunal de los habitantes de esta cultura, y mediante una mirada sesgada consigue construir una narrativa sugerente, de carácter estético, a menudo incompleta o interrumpida, que busca alejarse del documento e invitar al espectador a añadir sus propias disquisiciones sobre las imágenes que contempla.

Para facilitarnos el ejercicio, Magdalena nos ofrece, al comienzo de esta exposición, una obra que nos ayuda a ponernos en contexto y da paso al resto del recorrido expositivo. “Diario” es una pieza audiovisual a modo de making of que nos aporta unas breves pinceladas de los acontecimientos que conformaron el devenir diario de la artista y su acompañante durante su estancia dentro de la comunidad.

Una vez dentro del corazón de la exposición nos encontraremos con una serie de fotografías simbólicas de gran formato que ponen de manifiesto los pilares externos de la vida comunitaria Suiti. Si, los ritos religiosos y el folklore tienen una presencia evidente en la vida cotidiana y quedan igualmente reflejados con claridad en la sala, pero hay una parte de interioridad preparatoria que la artista no ha querido obviar. Es por ello que, a modo de paréntesis, nos encontraremos con una invitación a adentrarnos en un ritual mucho más íntimo, no abierto a los demás. Un ritual por el que todas las mujeres Suiti han de pasar alguna vez en su vida y que se erige protagonista de una filmación en video que la artista titula Ceremonia.

Pero, según Magdalena, no quedaría completa la visión de este pueblo, si no se destapase ese aspecto interior, un tanto cerrado, de la vida Suiti, tanto en el ámbito meramente doméstico y personal, como el de los espacios comunes. Es por ello que la artista dedica un espacio destacado en el recorrido expositivo a este aspecto. Sobre unas paredes cubiertas con un papel pintado vintage, se sitúa una serie de tomas fotográficas que retrata elementos o situaciones que se vuelven constantes en el día Suiti. Una alusión a un tiempo que parece haberse quedado estancado entre aquellas cuatro paredes.

Texto de Emilio Navarro, comisario de la exposición