Tierradentro

Tierradentro, en francés «la tierra del interior», deriva de un yacimiento arqueológico situado al norte de los Andes en el Cauca, Colombia. Protegido por sus esculturas monumentales y sus tumbas enterradas, alberga los restos de una vasta cultura prehispánica que sólo se conoce de forma fragmentaria.

Este lugar ha sido el punto de partida de la nueva exposición de Daniel Otero Torres, en la que actualiza conocimientos y leyendas precolombinas de diversas regiones de América Latina; imagina correspondencias con culturas arcaicas de la cuenca mediterránea; se inspira en divinidades hindúes y egipcias; teje paralelismos con acontecimientos contemporáneos y experiencias personales. Tomando prestada la mirada del antropólogo, del naturalista, del físico o incluso del lector de ciencia ficción, elabora una cosmogonía híbrida e impura hecha de fricciones y reconciliaciones.

Su práctica es, por tanto, de fragmentación, colusión y detalle. Cada dibujo es el resultado de un proceso de recopilación de imágenes de archivo o de medios de comunicación y de fotografías tomadas durante sus viajes, que combina en composiciones heterogéneas. Posteriormente, estas combinaciones se despliegan, se amplían o se miniaturizan; se despojan de todos los elementos contextuales y se transponen a través del dibujo sobre papel, el acero inoxidable y la cerámica.

Por medio de diversos itinerarios narrativos -las luchadoras olvidadas de los conflictos del siglo XX, los poderes psicotrópicos de las plantas de Brugmansia, las transformaciones del hombre jaguar, las variaciones genéticas en el origen de la evolución de la especie o los perros sin amo con múltiples nombres- la exposición explora los temas del viaje entre mundos, los vínculos entre lo sagrado y lo profano, entre las culturas vernáculas y el pensamiento planetario, entre los recuerdos íntimos y la memoria colectiva.

«Tierradentro» crea un nuevo sistema de relaciones entre el tiempo y los seres. Es un espacio donde se produce otra historia de cruces y sincretismos; donde el reto es pensar lo que nos une a los demás desde el punto de vista del mito, de las luchas políticas, tanto como de la vida emocional y cotidiana. Lugar, recipiente, sentimiento y planeta, para Daniel Otero Torres, «Tierradentro» es todo eso a la vez.