Assemblage #35 – Au hasard des rencontres
Deambular por la calle o por la red. Detenerse repentinamente frente a un objeto en el suelo o una imagen. Capturar esos hallazgos en fotografías y transcribirlos a otra lengua. Reunir a los amigos en torno a una comida y fijar el momento como la huella de un ritual. «Au hasard des rencontres» (Al azar de cada encuentro) habla de una cotidianidad atravesada por el humor y un toque de grotesco, dentro de una visión excéntrica y sensible de un entorno familiar.
Esta exposición también da cuenta de varios encuentros no siempre fortuitos. Porque la voluntad del espacio Julio es seguir reuniendo las experiencias de los artistas latinoamericanos y de los artistas de la escena francesa y también realizar intercambios con otros espacios gestionados por artistas.
Carolina Martínez Pedemonte y Torcuato González Agote, artistas que viven y trabajan en Buenos Aires, son los directores de la muy activa Galería Grasa. Los cuadros de Carolina son un registro de sus viajes por Buenos Aires. Son señales, fragmentos, que se originan en las imágenes furtivas que almacena en su teléfono móvil. Por la elección que hace al pintarlas, descubre reminiscencias de un diario. Momentos robados a la realidad cotidiana, en el acto romántico que constituye la pintura.
Ninon Hivert pasea por las calles y se detiene ante ropas o accesorios abandonados, de los que está ausente el cuerpo que los vistió. Después de registrarlos fotográficamente en el mismo espacio en el que fueron encontrados, los modela en cerámica, a escala real. Estas piezas, ahora congeladas en un material duradero, confieren un estatus de perdurabilidad a quienes las habitaron o vistieron. Podrían constituir elementos arqueológicos que cuenten la historia de nuestra vida cotidiana a las generaciones futuras, que no tendrían las claves que nosotros tenemos para leer los usos o las filiaciones sociales de cada uno de estos objetos sacados del abandono.
Torcuato González Agote propone reuniones en torno a un asado, la forma tradicional y convivencial de reunir a los amigos alrededor de una parrilla. Es un ritual de abundancia que se aproxima a una performance, dentro del espacio de su casa-estudio-galería. El artista realiza registros fotográficos de los alimentos que se cocinan desde el punto de vista del «parrillero», el cocinero. La materia pictórica da un espesor a la memoria, como una transmutación evocadora del ritual. La serie se llama «Doasa», que significa «asado» en argot.
Eléonore Geissler parte de una escritura que se desliza hacia lo insólito para concebir «Historias dentro de historias», una multitud de relatos muy breves. Anima los elementos del decorado y los objetos como actores de pleno derecho. Se trata de pequeños «espectáculos de lo falso» donde los protagonistas son elementos de la vida cotidiana: una habitación que vive, una paloma gigante, un hombre fantasmal pero omnipresente, encuentros inquietantes con un entorno transformado. Para ello, mezcla diferentes técnicas de animación: stop motion, 2D, incrustación, con una narración en off, reivindicando una forma de literatura hibridada a la imagen. Los trucajes y efectos especiales hechos manualmente transmiten una estética de subterfugio visible en la pantalla.