Eduardo Zamora, Ironies oniriques
El Instituto Cultural de México presenta una vasta selección de obras de Eduardo Zamora (Nuevo Laredo, 1942), pintor mexicano formado en la Escuela Nacional de Artes Plásticas de la Universidad Nacional Autónoma de México, y más tarde en la Academia de Artes Gráficas de Cracovia, Polonia, donde estudió grabado antes de trasladarse a París en 1973.
No sin evocar lo «real maravilloso» latinoamericano, los mundos surrealistas de Leonora Carrington y Remedios Varo o las morfologías psicológicas de Roberto Matta, su obra se rige por una fantasía fabulosa donde criaturas pletóricas oscilan entre la intranquilidad y la búsqueda de una felicidad abocada a la impermanencia.
Eduardo Zamora inició su carrera en el Organismo de Promoción Internacional de la Cultura (OPIC), para el que realizó copias a tamaño natural de los frescos de Diego Rivera y José Clemente Orozco en la más pura tradición del muralismo, cuyo centenario se celebra en este año 2023.
Temporalmente tentado por la abstracción, Eduardo Zamora opta definitivamente por la figuración tras su descubrimiento de la abominación de Auschwitz.
Atormentado por la muerte, inventa extrañas y descabelladas historias que denomina, no sin humor, escenas de la vida cotidiana, una estética que Edouard Glissant gustaba de llamar «la banal invisibilidad de la realidad».
Habitados por personajes híbridos que recrean leyendas y tradiciones populares en un universo alucinante, los cuadros de Eduardo Zamora evocan una imaginación poética rural, alegre y mordaz, que cuestiona las relaciones humanas en el seno de una sociedad en busca de sentido.
Eduardo Zamora fue uno de los miembros fundadores del grupo Magie-Image. Activo de 1982 a 1992, este movimiento artístico compuesto por ocho artistas latinoamericanos, entre ellos su compatriota Saúl Kaminer, mantuvo una intensa relación con el pintor chileno Roberto Matta y se centró en la identidad latinoamericana y las nuevas tendencias plásticas.