Rodrigo Arteaga. Just as the daylight was fading
En la Suma Teológica, Santo Tomás de Aquino opone al «vicio de la curiosidad» la «estudiosidad» en el que el espíritu se dedica estudiosamente a un objeto. Si bien «el conocimiento de la verdad [es en sí] buena […] ella puede, sin embargo, ser mala […] cuando alguien la utiliza para malos propósitos o desea excesivamente el conocimiento de esta verdad».(1)
Por lo tanto, de un punto de vista etimológico, la palabra «curiosidad» no tiene una connotación peyorativa. Derivada del latin cura, que significa cuidar, al curioso le interesa(2). En el Diccionario de Trévoux, la curiosidad está dividida entre atención, deseo y pasión del saber, «curiosus, cupidus, studiosus»(3). La curiosidad motiva el deseo de conocer, así como ayuda a aprehender el mundo y a la vez, significa «el estado del sujeto y la naturaleza del objeto«(4), el objeto como curiosidad.
Los gabinetes de curiosidades hicieron su aparición en Europa a partir del Renacimiento «Les Kunst und Wunderkammern alcanzaron su apogeo durante los siglos XVI y XVII»(5), paralelamente a la exploración de nuevos mundos. Estos gabinetes ponían en exhibición los objetos raros o extraños provenientes del reino animal, vegetal o mineral e igualmente los objetos fabricados por el hombre. Los gabinetes se organizaban en cuatro categorías: «naturalia, que agrupaba las criaturas y los objetos naturales […] ; exotica, que comprendía las plantas y los animales exóticos ; scientifica, que reagrupaba los instrumentos científicos; y artificialia para los objetos creados o modificados por el hombre […].»(6)
En el siglo XVIII, la curiosidad dejó lugar a la ciencia, los gabinetes de curiosidades fueron progresivamente remplazados por los gabinetes de Historia natural. «Pasamos ahora de la curiosidad, valorada por su rareza, a la búsqueda de la serie.»(7)
En la época de la Ilustración, las colecciones se racionalizan organizándolas metódicamente. «Cada objeto tenía su propia denominación»(8), los elementos son etiquetados y puestos en vitrinas. «Un gabinete de Historia natural es entonces un compendio de la naturaleza en su totalidad.»(9) En el siglo XIX comienza el declive de los gabinetes de curiosidades, progresivamente remplazados por estructuras institucionales.
Rodrigo Arteaga, en su exposición personal, Just as the daylight was fading revisita los gabinetes de curiosidades, antaño propiedad de los intelectuales o nobles movidos por la curiosidad intelectual, la voluntad de exponer su erudición o su impulso exploratorio. El artista toma prestado de estas colecciones privadas las formas vegetales, animales y minerales, recorriendo los caminos del conocimiento: de la práctica de la colección hasta la racionalización del conocimiento. Presentando una «radiografía del impulso de coleccionar especímenes naturales que son el origen de los gabinetes de curiosidades, y luego de los museos»(10) y apuntando la relación ambigua entre naturaleza y cultura. Para este efecto, se reapropia de los modos de presentación de las exposiciones científicas: aquarium, terrarium, invernadero, gabinete, colecciones, ilustraciones…
Su obra Atlas of the Physical and Political History of Chile se presenta bajo la forma de un gabinete de curiosidades donde son expuestas esculturas de papel, echas a partir de la obra epónima del naturalista francés Claudio Gay, quien ilustró las formas de vida en Chile en el siglo XIX. La obra refleja «la imposibilidad del hombre de intentar comprender el mundo clasificándolo y coleccionando cada una de sus formas.»(11) El artista destaca la importancia que han tenido los gabinetes de curiosidades, como han contribuído a la emergencia de la división de la ciencias y del análisis científico de la naturaleza.
Las esculturas de la instalación Het Wondertooneel der Nature fueron creadas según la colección de corales del Cabinet des curiosités naturelles de Albertus Seba. Este boticario holandés (1665-1736), establecido en Amsterdam, creó una de las colecciones de animales, plantas e insectos más importantes del siglo XVIII. Albertus Seba ordenó hacer ilustraciones de sus especímenes, que se reagruparon en un libro de cuatro volúmenes. Rodrigo Arteaga recorta las ilustraciones de corales a escala y organiza sus esculturas de acuerdo a un grabado del catálogo de la colección de Levinus Vincent (1658-1727).
Collection of rocks es una instalación en papel esculpida a partir de fotografías de diferentes tipos de rocas características de la Cordillera de los Andes. Rodrigo Arteaga simula la textura y el volumen de la piedra. Los elementos son presentados de la misma manera que los minerales en las vitrinas de las colecciones muséales de Historia natural.
El dibujo en tinta Entomology cabinet se inscribe en la línea del lenguaje gráfico de los gravados del siglo XVII, propios de los gabinetes de curiosidades. Para los entomologistas, los botánicos y otros investigadores, las ilustraciones fueron un medio de representación y de transmisión de su saber. Además, Observations on botanical illustration, se compone de una fotografía y de un dibujo de una misma planta, demostrando los límites de la representación botánica.
Para su proyecto Öekologie, Rodrigo Arteaga esculpe su salón a escala de un acuario para «comprender las maneras dar forma al espacio y los límites entre lo natural y lo artificial»(12). Reproduciendo el habitat, el artista se interroga sobre los ambientes artificiales en los cuales son mantenidos los seres vivientes.
Por otro lado, prolonga la reflexión con su obra Plant observatory, maqueta de un invernadero construído en 1853 en Santiago de Chile (Parque Quinta Normal). Desde 1995, este monumento histórico nacional se encuentra en estado de abandono. Originalmente, el invernadero debía contener especies exóticas del mundo, pero el edificio, vacío hoy, solo contiene materiales en ruinas.
Rodrigo Arteaga materializa la relación empírica entre el Hombre y la naturaleza, así como también su voluntad de racionalizar el conocimiento para aprehender mejor su entorno. Situando cada especie, creando familias, ramas, el ser humano intenta comprender el lugar que ocupa en la biosfera.
«Si la duración de la evolución de la vida sobre la Tierra es representada por un año de 365 días, entonces el hombre hizo su primera aparición en la noche del 31 de Diciembre… cuando el día terminaba. Le había tomado unos 4,000 millones de años para hacer su entrada»(13)
1. TOMAS DE AQUINO, La Suma Teológica (Summa theologiae), II-II, preguntas 166 y 167, 1266-1273.
2. En oposición a la expresión «no me interesa».
3. Definición de « curiosidad » en el Dictionnaire de Trévoux, diccionarios franceses del s.XVII, 1704-1771.
4. MONDZAIN-BAUDINET, Marie-José, « CURIOSITÉ, histoire de l’art », Encyclopædia Universalis [en ligne], consultado el 16 de julio 2016. URL :
http://www.universalis.fr/encyclopedie/curiosite-histoire-de-l-art/
5. ROCHAS, Joëlle, L’Influence des naturalistes et des cabinets de curiosités germaniques dans la genèse du Cabinet d’histoire naturelle de Grenoble (1773-1839) : le cas du cabinet de curiosités de l’archiduc Ferdinand II du Tyrol, curiositas.org, una iniciativa de la Universidad de Poitiers y del Espace Mendes France.
6. BOETSCH, Gilles ; BLANCHARD, Pascal, « Du cabinet de curiosité à la « Vénus
Hottentote » : la longue histoire des exhibitions humaines » in L’invention de la
race: Des représentations scientifiques aux exhibitions populaires, bajo la dirección de BANCEL, Nicolas ; DAVID, Thomas ; THOMAS Dominic, La Découverte, 2016, 548 páginas.
7. DE L’ESTOILE, Benoît, Le goût des Autres, De l’exposition coloniale aux Arts premiers, Collection Champs Essais, Flammarion, Paris, 2007 (reedición 2010), 624 páginas.
8. DIDEROT, Denis ; D’ALEMBERT, Jean Le Rond, Encyclopédie Ou Dictionnaire Raisonné Des Sciences, Des Arts Et Des Métiers, Briasson, 1751, Original de la biblioteca del Estado de Bavière, digitalizada el 6 oct. 2010, 871 páginas.
9. Ibid.
10. Rodrigo Arteaga, sobre su proyecto, Just as the daylight was fading, Sobering Galerie, Septiembre 2016.
11. Ibid.
12. Ibid.
13. Extracto del filme de Peter Greenaway « Zoo : A Zed and Two Noughts » (1985)
«If the evolutionary span of life on Earth is represented by a year of 365 days then man made his first appearance on the evening of the 31st of December… just as the daylight was fading. It had taken some 4.000 million years for the entrance to be made.»
*Texto traducido por Carolina Matamala a partir del informe de prensa institucional.
Enlaces de Interés:
- Información de la exposición en el sitio de la Galeria Sobering
- Sitio web de Rodrigo Arteaga