Una exposición con instalaciones de arte de Susana Mejía, Pamela Rosenkranz, y Anicka Yi
Esta exposición, que reúne obras de Pamela Rosenkranz, Susana Mejía y Anicka Yi, nos invita a descubrir una parte del mundo poco visitada: la Amazonía. La selva tropical más grande del planeta, la Amazonia se extiende por nueve países de América del Sur, incluyendo Brasil y partes de Venezuela, Colombia y Surinam. Los científicos han comparado su ecosistema con los pulmones de nuestro planeta, como un gran órgano que absorbe, pero también produce oxígeno. Del mismo modo que un organismo, las exposiciones de arte funcionan como entidades que hacen palpables las visiones del mundo. Porque, históricamente, los artistas han llegado a pintar, y a hacer visibles, cosas cuya existencia era desconocida. El arte indaga sobre lo que podría llegar a constituir o desencadenar la imagen de un lugar, su experiencia y sus mediaciones; explora los límites de una imagen y lo que podría llegar a ser su finalidad.
Las obras de esta exposición son incontenibles: no son únicamente documentos o imágenes terminadas. Estos proyectos, que espacializan de manera sensible los hallazgos empíricos e intelectuales, se distinguen como materia estética para mostrar y ser examinados a través de otros sentidos que no son la vista ni la razón en sí mismas. Las artistas crearon estas obras de arte después de una investigación artística y de campo, utilizando una serie de tecnologías extraídas de los conocimientos científicos, digitales e indígenas. El resultado son instalaciones artísticas conceptual y materialmente multidimensionales.
Tomando su nombre de una sustancia basada en antiguas y abundantes propiedades naturales encontradas en la Amazonía, la obra de Pamela Rosenkranz es una instalación de luz, agua y sonido. Amazon (Container of the Substance Anemine) se basa en la estructura molecular de la ‘clorocruorina’, una sangre verde extraída de los gusanos anillados de la selva tropical, conocida por su capacidad de mejorar la intensidad de la percepción humana. A través de un gotero que mezcla agua salina y «Anemina», un producto médico que contiene la sustancia, esta se introduce en el espacio de la galería, creando un líquido reflectante en el suelo que cambia su forma con el tiempo. Basada en su experiencia perceptiva del Amazonas, Rosenkranz concibe la instalación de luz como una traducción de la vista aérea de la vegetación verde de la selva tropical y el agua azul de los movimientos serpenteantes del río Amazonas. Penetrando por toda la galería se escuchan sonidos de la selva emanados de los altavoces de inteligencia artificial de la empresa de comercio electrónico Amazon.
En un marcado contraste material con esta instalación, está el trabajo hecho a mano por Susana Mejía. Junto con otros artistas, antropólogos, botánicos, fotógrafos y cineastas, Mejía ha investigado la Amazonía colombiana en busca de color. A partir de conocimientos ancestrales en conversación con mujeres Huitoto y Tikuna, comunidades indígenas nativas de la Amazonía, se identificaron once especies botánicas y los procesos químicos para el uso de sus pigmentos en fibras naturales como el fique, el algodón y el papel. Es un proyecto de más de una década de investigación, titulado Color Amazonia, del cual se muestra una gran parte en la exposición, en el que Mejía presenta los resultados de su investigación etnobotánica.
El genoma del sabor de Anicka Yi es un viaje tecno-sensual a través de las potencialidades inexploradas de adaptación, mutación e hibridación de organismos vivos. Estructurada como una narrativa episódica, esta película en 3D surge de la extensa investigación de campo de la artista en la Amazonía, basada en la ciencia ficción, las ideas culturales del gusto y las creencias de los indígenas amazónicos. Ambientada en la selva tropical y en laboratorios furtivos, su narrativa es contada a través de un vendedor de sabores que está a la caza de una orquídea mítica, que posee propiedades milagrosas y reside en las selvas de la Amazonía. Mediante el despliegue de sistemas de vídeo 3D y animación 3D, el vídeo toma la realidad como una matriz de esencias percibidas y llamadas únicas, lo que podría posibilitar el potencial para la difusión de inteligencia bio-diversa.
Las obras presentadas en esta exposición son explícitamente contemporáneas: son el resultado de la investigación independiente de las tres artistas en la Amazonía. No como acompañante, digamos, de un investigador masculino, ni como emisarias de una institución. Su movilidad es un signo de emancipación de clase, de género e intelectual, y de fomento de nuevos imaginarios. Gracias a las historias vividas y a la confianza ganada a través de la educación, las tres artistas vienen a fomentar nuevos imaginarios.
Como componente central de esta exposición, una serie de programas públicos presentarán el trabajo de otros artistas que también han creado obras en la Amazonía. En estos programas se presta especial atención a las prácticas documentales, incluyendo una presentación sobre el trabajo de Claudia Andujar a cargo del comisario Agustín Pérez-Rubio, y un proyecto sobre Thea Segall a cargo de los investigadores Sagrario Berti y Aixa Sánchez.
Comunicado de prensa traducido al español por Lupita