Alfredo Jaar. Shadows

En el marco de Lisboa Capital Iberoamericana de la Cultura, las Carpintarias de São Lázaro presentan Shadows, una exposición individual del artista chileno Alfredo Jaar, del 20 de mayo al 3 de septiembre de 2017.

Shadows es la segunda propuesta de una trilogía de obras que tratan sobre el poder y la fuerza política de la imagen. En este caso, una imagen cuya autoría no pertenece al artista, pero de la que éste se apropia. La primera propuesta de esta trilogía, The Sound of Silence fue, según el filósofo francés Jacques Rancière, un “teatro realizado para una sola imagen”. En esa ocasión, esa imagen pertenecía al fotógrafo sudafricano Kevin Carter, quien la tomó en el sur de Sudán y por la que recibió el Pulitzer poco tiempo antes de suicidarse. The Sound of Silence se ha presentado 27 veces en los últimos 15 años en 18 países.

La segunda propuesta de esta trilogía, Shadows, parte de una extraordinaria imagen del fotógrafo holandés Koen Wessing (1942-2011). Tomada en Estelí, Nicaragua, durante los últimos días del régimen de Somoza en 1978, la fotografía capta el dolor absoluto de dos jóvenes que justo acaban de conocer la muerte de su padre. “Esta imagen todavía me causa pesadillas”, reconocía Wessing años más tarde.

Un trabajo anterior de Koen Wessing, sirve de inspiración para este trabajo de Alfredo Jaar que se presenta ahora en las Carpintarias de São Lázaro; en 1973, el fotógrafo holandés asiste al golpe militar de Pinochet en Santiago de Chile y documenta las consecuencias en un fotolibro  llamado “CHILE SEPTIEMBRE 1973”. Este trabajo muestra el terror del 11 de septiembre de 1973 sin usar una sola palabra.

En Shadows, el artista utiliza un sistema semejante. Con una severa economía de medios, Jaar crea una mise-en-scène  en la que utiliza siete de las fotografías de Wessing.

Ambos trabajos, cada uno a su manera, examinan el poder y la responsabilidad de la fotografía, así como del fotógrafo y del espectador. Las instalaciones consideran la dificultad de documentar la violencia sin perpetuar la violencia y subrayan la necesidad de considerar la importancia del contexto. Así estas imágenes prueban el reto de la fotografía y su papel crucial para despertar compasión y para diseccionar el proceso por el cual las imágenes alcanzan lo que Roland Barthes llamó “punctum”.

Texto realizado a partir del dossier de prensa de la exposición.

Enlaces de interés: