Chambres avec vue sur le champ

Estamos contentos de presentar la primera exposición personal de Martín Soto Climent Chambres avec vue sur le champ. El artista mexicano explora aquí la noción absurda de libertad en nuestra realidad contemporánea. En una economía coaccionada y conectada a la vez, ¿qué evolución queda para las tradiciones, para nuestros valores? Para esta exposición el artista se inspiró de una asociación tanto imposible como fructífera que él había imaginado y que una reciente visita al Louvre le rememoró. En un viaje al norte de México, se aventuró en un hotel pidiendo «chambres avec sur vue sur le champ» (habitaciones con vista al campo), donde descubrió con estupor una ventana enrejada que daba a un terreno baldío amurallado por la frontera mexicana. ¡Qué ironía! ¿Una vista al campo (champ)? ¡Una vista más bien «Duchamp»! Mirando por la ventana, un graffiti lo hace pensar en un encuentro artístico improbable: «La libertad guiando al pueblo» estaba escrito. Duchamp y Delacroix se mezclan de manera inesperada en su espíritu, entonces él se interroga por la figura de la libertad: esta mujer mitad desnuda guiando la multitud. La sociedad y la economía habiendo tanto evolucionado desde entonces, esta desnudez, libe-radora podría ser interpretada como una desnudez ridiculizada hoy en día o incluso comercializada.

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Las palabras de Byung-Chul Han tuvieron un eco: «La política ciertamente no tiene nada que ver con el amor. Pero las acciones políticas están ligadas a Eros, porque representan el deseo común de cambio». En el Louvre, frente a la obra de Delacroix, esas palabras reaparecen «todo movimiento político es sostenido por una fuerza erótica. Necesitamos de nuestra intimidad para encontrar un espacio en un mundo tan liberal que ofrece de todo, incluyendo la libertad como producto de consumación.» Martín construye la exposición en el centro de este paréntesis imaginario, deslizando su representación del erotismo como una fuerza absurda de transformación política y social: «El deseo común o individual motiva los actos y los ideales. Es una energía disimulada que da un sentido al no sentido. Se requiere estar animado: «La Fontaine» de Duchamp no vino de un espíritu compartimentado como las grillas de esta ventana, sino de un cuerpo vivo y alerta, de ojos abiertos y de corazón batiente.» Y el artista concluye «El mensaje está escondido en el campo, la flauta de Pan murmurando: Eros es la vida».

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Este texto fue traducido por Carolina Matamala a partir del informe de prensa