La vie moderne – 13 Biennale de Lyon

He querido poner esta decimotercera edición de la Bienal de Lyon bajo el signo de Moderno. He usado esta palabra para invitar a Ralph Rugoff a realizar la curaduría de La vida moderna, que da su título a la Bienal, y que se realiza en la Sucrière (Azucarera), en el macLYON y en la sala 15 del Musée des Confluences. Es igualmente con esta palabra que he decidido prolongar la Bienal hacia otras tres exposiciones: Ce fabuleux monde moderne, Rendez-vous 15, y Anish Kapoor chez Le CorbusierDos plataformas completan la nebulosa 2015: Veduta, la escuela del amateur, que irradia la metrópolis, y Résonance, donde converge lo mejor de la creación de la región Rhône-Alpes e internacional. Moderno y la modernidad tienen evidentemente una historia demasiado larga como para que yo intente recordad aquí todos sus episodios. Sin embargo, «el regreso de lo moderno», al mismo tiempo inédito e inesperado, merece que le dediquemos algunos instantes.

Para comenzar, hay que decir que para los historiadores de hoy, Moderno designa al mismo tiempo el período neolítico y la edad de bronce, antes de su repentina desaparición hace un poco más de tres mil años. Pero Moderno también aparece claramente en Occidente, y en Francia en particular, con la famosa querella entre Ancianos y Modernos alrededor de la personalidad de Charles Perrault en 1684. Corresponde al descubrimiento simultáneo de la historia griega y de civilizaciones prestigiosas que habían sido ignoradas hasta entonces por Occidence: China, Japón, Sureste Asiático, India, México, Perú… En esa época apareció el mito del buen salvaje, que discutía con los mejores pensadores del momento. ¡Y ya hemos llegado a una tercera mundialización! Desde esta época, hemos inventado la Nación y lo Universal, es decir que simultáneamente hemos creado la frontera y la ausencia de frontera; después hemos creado sus funestos avatares: el colonialismo y el orientalismo. El colonialismo ha pretendido por todos los medios producir una homogeneidad a través de la imposición forzada de sus propios valores al «Otro», mientras que el otientalismo ha querido producir una diferencia irreductible imponiendo valores a un Semejante que lo metamorfosearían en un «Otro». En los dos casos, el «Otro» es un subalterno y la invención es occidental. La parábola Moderna ha sido revista, corregida y alargada posteriormente por numerosos autores, poetas y artistas entre quienes figuran Baudelaire, para quien «hay que ser absolutamente moderno», Walter Benjamin, Charles Chaplin, Jacques Tati… En las artes plásticas, Moderno es radicalmente actualizado en los años 1950/60 por el historiador y crítico Clément Greenberg en Estados Unidos. Su interpretación, dictatorial y formalista, le impone al arte de conformarse a su «esencia», la planitud para la pintura, el volúmen para la escultura. Esta búsqueda de una pureza absoluta excluye la mayor parte de los artistas Modernos de la época que criticaban esta estrecha concepción. El debate se extiende hasta Europa y dura treinta años.

Después Moderno desaparece milagrosamente en el curso de los años 1980 cuando emerge lo postmoderno, con el final de los Grandes Relatos y de aquello que se cree corresponde al final de la Historia. Lo Moderno parece evaporarse precisamente en el momento en que las bienales, especialmente aquellas de los países emergentes, se desarrollan a una velocidad mayúscula a escala global (hoy se cuentan más de 200). Moderno ha desaparecido pero la época que se anuncia no tiene nombre (de hecho este era el propósito de la Bienal de Lyon de 2007, curada por Hans-Ulrich Obrist y Stéphanie Moisdon1). Desde entonces, hemos sabido que los Indo-Europeos —pueblo mítico a la raíz del área cultural en la que se origina nuestro sistema de lenguaje y nuestros modos de organización social y cultural— probablemente núnca existieron2. Peor aún, hemos comprendido que «nunca hemos sido modernos»3. Entonces cómo explicar este «Retorno de lo Moderno»?

Sólo podemos explicarlo como resultado de una mundialización galopante que ha logrado imponernos un universo de flujos permanentes que se propagan en todas las direcciones: redes numéricas, finanzas, tecnologías, materiales, migraciones. Estos flujos han creado un nuevo capítulo de la exitosa historia Moderna. En el campo de las artes plásticas, estos ires y venires han contribuido a la eclosión de artistas de grandes cualidades provenientes de regiones culturales que se habían mantenido hasta entonces completamente subestimadas por Occidente: China, India, Sureste Asiático, Medio-Oriente, algunos países de África… Casi tres siglos después, estamos repitiendo lo que vivieron los contemporáneos de Charles Perrault, salvo por dos cosas: nuestra propia memoria juega hoy en día el rol que le correspondía a la Grecia antigua en el siglo XVII. Y el sentido del tiempo ha cambiado: la lentitud de la correspondencia escrita ha perdido el partido contra la simultaneidad de Internet. Pero si ha sido tan fácil que haya diálogo, es principalmente porque estos artistas venidos de «otras partes» y que hubieran podido legítimamente cuestionar el proyecto modernista del Occidente colonial y replegarse sobre su propia «identidad», al contrario han escogido adoptar lo Moderno para modificar las reglas y alargas los colores y los contornos4.

Lo Moderno es en consecuencia un moderno extendido pero inacabado, que ha dejado de creer en sus promesas de felicidad. No solamente somos Modernos, pero también somos unos y otros, alternativamente o simultáneamente neomodernos, altermodernos, pro o antimodernos, folkmodernos, modernos tardíos… Hemos abandonado el despuésmoderno (postmoderno) en beneficio de un moderno extendido, inédito, un más-que-moderno, que, a la manera de los objetos conectados, se enriquece con los contornos indistintos de confines vastos e imprecisos. Enfin, somos Modernos sin serlo, o mejor «Modernos extendidos«, y es esto lo que caracteriza la obra hoy en día. Y si para algunos el termino Moderno posee un cierto carácter vago y anacrónico, el relato que lo mobiliza es en cambio radicalmete y deliberadamente actual. Sabemos que el Relato —pequeño o grande— es el nuevo universal que rige todas nuestras relaciones sociales y culturales. En consecuencia, lo Moderno es claramente la condición de lo contemporáneo presente y contingente. Es al mismo tiempo la base, la memoria y la sombra. En consecuencia, hacer el relato de lo Moderno en esta 13ava edición de la Bienal de Lyon es escribir la historia de lo contemporáneo. Es a lo que nos hemos dedicado apasionadamente.

La edición 2015 se despliega en todo el espacio de la metrópolis de Lyon: son exposiciones, pero también residencias artísticas, recorridos en la ciudad, a través de tiendas y restaurantes, y en apartamentos privados. Son debates, conferencias, performances, colaboraciones con varias ciudades, con el Museo africano de Lyon, con el URDLA. Son más de setenta obras de la colección del Museo de arte contemporáneo presentadas en más de diez exposiciones… Es, en la Fundación Bullukian, una historia de Veduta, la escuela del amateur, con una exposición llamada Copie conforme… moderne (Copia exacta… moderno). Y son las obras de Dan Graham, Hiroshi Sugimoto, Robert Filliou, Yona Friedman… y son más de 200 manifestaciones en la Región Rhône-Alpes, con 15 focos.

La Bienal 2015 les invita a recorrer en todos los sentidos los caminos de la creación contemporánea, de los más conocidos hasta los más secretos. El recorrido es excepcional, detonador, a veces inquietante, pero irremediablemente poético y más-que-creativo. Nada que nos sorprenda, pues al fin y al cabo se trata de nuestra vida moderna.

Introducción de Thierry Raspail, director artístico de la Bienal, traducida por Guillermo Vargas Quisoboni para Lupita (Leer aquí el texto original).

Artistas latinoamericanos participantes

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      • Cecilia Bengolea (y Jeremy Deller)
      • Miguel Angel Ríos

Otros artistas participantes

Michael Armitage, Kader Attia, Daren Bader, Sammy Baloji, Yto Barrada, Nina Beier, Hicham Berrada, Camille Blatrix, Michel Blazy, Mohamed Bourouissa, Céleste Boursier-Mougenot, Nina Canell, George Condo, Alex Da Corte, Simon Denny, Fabien Giroud & Raphaël Siboni, Guan Xiao, Anthea Hamilton, He Xiangyu, Camille Henrot, Hannah Hurtzig, Cameron Jamie, Johannes Kahrs, Lai Chih-Sheng, Emmanuelle Lainé, Laura Lamiel, Liu Wei, Andrea Lolis, Magdi Mostafa, Daniel Naudé, Mike Nelson, Nguyen Trinh Thi, Otobong Nkanga, Katja Novitskova, Ahmet Öğüt, George Osodi, Anna Ostoya, Tony Oursler, Marina Pinsky, Julien Prévieux, Jon Rafman, Ed Ruscha, Massinissa Selmani, Marinella Senatore, David Shrigley, Avery Singer, Lucie Stahl, Tatiana Trouvé, Andra Ursuta, Klaus Weber, T.J. Wilcox, Haegue Yang, Yuan Goang-Ming, Arseny Zhilyaev.

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